Viví mi adolescencia en los ’90, donde el “no te metas” era común escuchar por aliados de quienes gobernaban en aquellos tiempos.
No me interesaba la política, me daba igual cualquier tipo de ideología. Aunque, constantemente veía las injusticias sociales y eso, generaba en mí una bronca terrible.
Mi desencanto se profundizo más a partir de la crisis del 2001, odiaba a toda persona que llegase llamarse político.
No creía en nadie.
Más bronca me daba al ver, que al país que adopte como propio (soy extranjero), la destruyeron unos pocos con tal de beneficiarse.
Cuanta injusticia, exclusión, desaires y nadie que llegara a solucionar esto. Me preguntaba una y otra vez ¿habrá alguien que le importe Argentina?
Y es así como en el 2003, de la nada, apareció un patagónico llamado Nestor Kirchner. Al principio me generó dudas, tenía cierto recelo a sus pensamientos, y si, veníamos de dirigentes que nos mintieron mucho durante años.
Pero al pasar el tiempo, no solo me termino convenciendo su gestión, sino que me anime en ayudarlo en lo que pudiera. Hablaba delante de todos, maravillas sobre su mandato. La política de DD.HH., el pago de la deuda, la renovación de la corte, etc., etc.
Es así, como en el 2007, quise ayudarlo aún más y me anime a participar en política, si, empecé a militar en la JP (juventud peronista). Hasta ese año, solo tenía idea de Perón y Evita por lo leído en la escuela, encima los profes los defenestraban. Y desde ese momento me siento más peronista que nunca, se puede decir que soy un verdadero soldado de Perón.
Mi sentimiento de ser peronista, no se lo debo a ninguna otra persona que no sea Nestor. El me mostró una nueva realidad, un cambio posible.
Te lo digo ahora compañero Nestor, - GRACIAS POR TODO LO QUE NOS DISTE – y digo ahora porque no te fuiste, vas a seguir en mi corazón y te recordare por siempre.
Pero te recordaré, no como un ex presidente, sino como el compañero que me abrió los ojos.
Sergio Vera |
JP Evita Rosario de la Frontera |